martes, enero 23, 2007

Una historia del metro II

Decido esperar una cuantas paradas más a ver si se despierta y me paso mi parada. Se cierran las puertas. Bueno, ya esta hecho. Ahora si que llego tarde. Siguen pasando las estaciones. Una. Dos. Así hasta cinco y ella sigue durmiendo. Al cerrar las puertas el vagón en la parada que hace la quinta se despierta. Esta un poco aturdida se da cuenta de lo que ha pasado y se pone rígida. Me observa de reojo. Mira en que estación esta se relaja por lo que parece no se ha pasado su parada. El reposadero que hay enfrente esta ahora vacío. Se yergue y en par de pasos de coloca allí. Se ha puesto enfrente de mí. No puedo evitar mirarla, de una manera rápida. Ella se da cuenta y me mira fríamente con sus azulísimos ojos y desvía la mirada hacia fuera, hacia la oscuridad. Bueno, ya estoy acostumbrado a esas miradas. No me importa y como ella concentro mi mirada en la oscuridad que reina fuera. Por la megafonía del vagón anuncian la siguiente parada. En esta parada puedo hacer trasbordo y ir para el trabajo donde me espera una bonita bronca. El metro va frenando llegamos a la parada. Me dispongo a bajar me coloco delante la puerta de salida. Ella hace lo mismo. Las puertas se abren bajamos al andén yo consciente de que llego ya tarde al curro y en parte por alejarme de ella apretó el paso dejándola atrás. Casualidades de la vida la mujer que estaba en enfrente de mi cuando la siesta y me sonrió también baja en la misma parada. Cojo las escaleras mecánicas y voy subiendo. Llego arriba No he cogido muchas veces este trasbordo y estoy nervioso pienso en la bronca que me va a caer. Voy rápido, a paso ligero pero escalera mecánica pero esta va llena. Estoy tentado de ir escaleras arriba corriendo. Al final cojo las escaleras y cuando estamos a media altura escucho detrás de mí:

- Gracias!!!!.

Es una voz de chica me giró y me encuentro de cara con ella que me sonríe.

- Gracias, por no despertarme ya me ha dicho una mujer que te has pasado la parada por no despertarme me ha dicho que te siempre te bajas en la misma parada. Estaba muy cansada.

Su voz es bonita melodiosa, en ese momento me he acordado de la mujer de mediana edad que me sonrió cuando estaba con el dilema. Parece que se lo ha dicho ella. Supongo que mucho tiempo haciendo el mismo recorrido pasa eso la gente sabe donde bajas y donde no. Le comento entonces:

- Se te veía cansada y no tenía ánimos para despertarte. La miró a los ojos y tengo que desviar la mirada creo que me podría ahogar en esos ojos.

En eso hemos subido a arriba de la escalera. Aquí el camino se bifurcar para la salida o para hacer el trasbordo hacia otra línea. Nos paramos delante de la bifurcación y nos miramos.

-Bueno, gracias por aguantar mi “siesta”. -Me dice ella

- De nada cuando quieras, lo repetimos.- le respondo.

- De acuerdo. - Me responde soltando una risa y sonriendo.

Tras un momento de silencio en que no sabía que decir pienso en mi trabajo en que llego tarde. Bueno, pues me tendré que despedir.

- Bueno, pues hasta otra que llego tarde al trabajo.

- Ah, vale pues. Ya nos veremos .Deu.- Y diciendo esto me da un beso en la mejilla y se va corriendo hacia la salida.

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